Hay millones de razones por las que no deberíamos ir al gimnasio, pero de hecho también hay millones de razones para hacerlo.
El objetivo final es fijar una rutina y no forzarnos a algo que finalmente abandonemos. Tenemos que descubrir que nos funciona y atenernos a ello. Convencernos de que merecerá la pena, que puede que lleve algún tiempo pero que finalmente veremos los resultados. Nuestras vidas están repletas de obligaciones y cosas que hacer, pero entrenar no debería ser otra tarea a añadir a nuestro planning semanal, tiene que ser sinónimo de diversión, bienestar y mejora de la salud.
1. Objetivos reales
La mayoría de las veces, nos fijamos unos objetivos demasiado grandes y muy poco tiempo para lograrlos. Tenemos que marcarnos unas metas y unos tiempos razonables, ya sea para perder peso, ganar masa muscular o lograr una marca personal. A menudo abandonamos porque no vemos resultados lo suficientemente rápido y nos desanimamos. Por lo tanto, la mejor forma de lograr tus metas es comenzar con unas expectativas bajas, ¡e ir aumentándolas poco a poco!
2. El entrenamiento adecuado
Entrenar en un gimnasio puede ser difícil si no tenemos suficiente disciplina y voluntad. Es más fácil comenzar con clases, aunque sean más caras. Spinning, Pilates, métodos de barra, boxeo, bootcamp… Todas estas clases tienen un tema y lo mejor de ellas es que están limitadas a 12-15 miembros, el entrenador está disponible si tenemos alguna duda y el ritmo es normalmente fantástico. Si prefieres entrenar a tu ritmo, es mejor contar con un entrenador personal que te motive y controle.
3. El compañero de entrenamiento
A veces necesitamos otra persona que nos motive, controle nuestros progresos y nos motive cuando no nos sintamos muy animados. Siempre hay alguien con un nivel similar al nuestro y que entrene a la misma hora que nosotros. Nadie quiere entrenar solo, y a todos nos gusta charlar y compartir nuestros objetivos; si localizamos a un potencial compañero, definitivamente debemos acercarnos.
4. Equipamiento
Vamos a estar mirándonos mucho. Nos debe gustar lo que vemos desde el principio, ¡sin esperar a estar tonificados o perder peso! Hace unos años, entrenar con ropa vieja y usar las mismas zapatillas 5 años era normal. ¡Ahora eso es inaceptable! Hay numerosas marcas, desde baratas a súper lujosas, ¡que tienen ropa con la que nos sentiremos como si lleváramos entrenando meses!
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5. La planificación es clave
Una invitación a una cena, para salir a tomar algo, es muy fácil cancelar nuestro entrenamiento para estar con nuestros amigos y hacer vida social. Normalmente, el gimnasio es la última en nuestra lista de prioridades. Si sabemos que vamos a estar tentados de cancelar nuestro entrenamiento en el gimnasio, ¡tenemos que planearlo a una hora en la que nadie nos reclame! Por ejemplo, por la mañana, durante la hora de comer o justo después del trabajo.
6. Evitar excusas en los días sin motivación
Cuando no estamos animados, es fácil pensar que no tendremos energía para pedalear, correr o levantar pesas durante toda una hora. Si nos decimos que no tenemos porque forzar tanto y que podemos ir a nuestro ritmo, las cosas parecerán más fáciles de hacer. Nos sentiremos orgullosos de haber sido capaces de ir al gimnasio. Y si hemos podido hacerlo un día, seguros que podemos volverlo a hacer.
7. La sensación de logro después de cada entrenamiento
Las endorfinas son el ingrediente secreto que hace que la gente quiera repetir y entrenar más. Después de entrenar nos sentimos productivos y sin preocupaciones. Este es el momento que perseguimos antes de ponernos la ropa de entreno. Finalmente hemos dejado atrás nuestros problemas y tenemos una nueva perspectiva de las cosas, una más relajada.
8. Prueba diferentes tipos de comida
Entrenar más significa comer más pero diferente. Nuestros cuerpos se ajustarán de forma natural a las raciones, ¡y seremos menos propensos a tragarnos una docena de pasteles después de haber estado sudando durante toda una hora! Y te habrás ganado el derecho a probar una deliciosa barrita de proteínas…
9. Controla tu progreso
Controlar tu progreso semanal es una excelente manera de mantenerte positive y motivado constantemente. Ya que cualquiera podemos tener un mal día, es mejor llevar un registro semanal de los resultados en lugar de uno diario.
10. Date un capricho
Felicitarnos semanalmente por nuestros esfuerzos es esencial. Un masaje, una sauna con nuestros ingredientes y fragancias favoritos o una hora de yoga harán que sea más fácil pensar en la próxima semana.